domingo, 30 de diciembre de 2007

Tristana (ver actualización al final)





Alianza Editorial

Biblioteca Pérez Galdós: BA 0120

234 páginas







¿De qué trata?


Don Lope es un hombre que siempre ha llevado una vida propia de un Don Juan, pertenece a la alta burguesía madrileña y cuando algún amigo suyo está en apuros se desvive siempre por ayudarle económicamente vendiendo incluso bienes suyos. Ocurre pues, que un amigo fallece al poco tiempo, dejando a una viuda con su hija. Esta mujer muere también, y le pide a Don Lope en su lecho de muerte que se haga cargo de su hija Tristana.

Cuando Don Lope se hace cargo de Tristana abusa de su juventud y de que es una huérfana, para seducirla y deshonrarla. La chica vive acogida y mantenida por él, encerrada sin conocer mas mundo que el de Don Lope. A medida que pasa el tiempo, Don Lope se va haciendo viejo y a Tristana empieza a repelerle el trato de ese hombre al que considera viejo y que la ha convertido en una especie de esclava. Aunque Don Lope no la deja salir de la casa, ella empezará a dar paseos con Saturnina, una criada que se ha hecho amiga suya. En esos paseos conocerá a Horacio, un hombre que tiene tras de sí una vida no muy buena...

Para ser una novela escrita en 1892 tiene algunas cosas sorprendentemente modernas. "Tristana" se llevó al cine en 1970, dirigida por Luis Buñuel y protagonizada por Catherine Deneuve, Fernando Rey y Franco Nero.

IMPORTANTE: si pincháis en la foto del post, os dirigiréis a la edición digital (por Internet) del libro, por si hay alguno que no lo tiene todavía y no le marea demasiado leerlo por la pantalla.



(Avisadme en los comentarios a esta entrada una vez hayáis escrito las redacciones para que pueda corregirlas).

Ejercicio a presentar el día del examen (recordadme que se lo copie a quienes no pueden entrar en Internet).
Para entender una novela hay que comprender el vocabulario empleado. ¿Qué significan, pues, las siguientes palabras?: solariega, afeite, usufructo, gabela, despejo, torzales, disforme, abnegación, vituperar, curia, huera, matutero, baldón, magín, despepitar, trapisonda, arrehogar, alabarda, mercachifle, herpetismo, pústula, atavismo, azogue, atribulado, desmedrar, enjaretar, bargueño, panoplias, acibarar, zangolotino, terne.



¡ FELIZ AÑO!


viernes, 21 de diciembre de 2007

¡Felices Fiestas!

Espero que disfrutéis de estos días de vacaciones, que os lo paséis muy bien, que no os empachéis (ni de turrones ni de familiares, jeje), que os traigan lo que os haga falta (nada de crear hábitos de consumo) los Reyes Magos y el Gordo de Rojo (aunque este no sea de nuestra tradición, pero esa es otra historia...), que no os atragantéis con las uvas y no os paséis con la bebida en Nochevieja... Etc., etc., etc.


Y dejad un huequecillo (no podía faltar la cuña, claro...) para vuestra redacción (/es), Tristana (os pondré un post con información sobre la novela) y mirad los apuntes.



martes, 18 de diciembre de 2007

Un texto sobre el que trabajaremos (una selección)

Sobre este texto (una selección más reducida, se entiende) trabajaremos el texto expositivo y también sinonimia y antinonimia. Pista de algo que no habéis hablado ninguno en el texto de Unamuno sobre la Intrahistoria: ¿cuál es la relación entre las ideas: analítica, sintetizante, de causa-consecuencia...?:

Hace pocos días, una colombiana inteligente y que siente entusiasmo por España, donde ha residido bastante tiempo, se lamentaba de cómo se habla aquí. "Oír hablar a un español culto -me decía- es una delicia; manejan con gran dominio la lengua, tienen una pronunciación que nos resulta especialmente agradable; pero la mayor parte de la gente destroza el idioma." Es sabido que Colombia es uno de los países de nuestra lengua que la cultivan con mayor esmero; tiene una tradición filológica ilustre; su Academia es de las más activas y competentes. Mi interlocutora usaba la lengua común con gran perfección, lo que daba mayor valor a su queja.

Es notorio el deterioro que la lengua está experimentando en casi todas partes; el descenso vertiginoso de la enseñanza, la idea de que no hay normas, de que cada cual puede hablar y escribir como quiere, la escasez de lectura en grandes zonas de la población, la falta de modelos en la oratoria política o académica, la influencia de gran parte de los que hablan por radio o en la televisión, aunque no todos, son causas bien conocidas y con frecuencia comentadas. Hay unos cuantos escritores y filólogos que se dedican con gran competencia y talento a descubrir las injurias que se hacen a la lengua y tratar de defenderla, no sé si con el éxito merecido.
Casi siempre fijan su atención en el léxico; algunas veces en la sintaxis. A mí me preocupa, quizá todavía más, lo que afecta a la prosodia, la pronunciación, la acentuación, las formas de elocución. Así es como realmente se habla.

Lo que muchas veces se oye no es español. Tampoco es otra lengua, por supuesto: es español degradado, degenerado. Y casi siempre voluntariamente. Quiero decir que no por mera ignorancia, por falta de instrucción. Los que no la han recibido, o muy poca, por ejemplo en medios rurales, no padecen de esto. En particular, los viejos, que son los que en muchos casos no han recibido formación escolar, mientras que los jóvenes, mejor o peor, la han tenido. Los campesinos de cierta edad hablan como se habla, sometidos a las vigencias propias del idioma, y esto suele querer decir que hablan bien.

Los que se nutren de formas de hablar no espontáneas, sino aderezadas por una estilización negativa, es decir, por una corrupción deliberada, hablan mal, hasta grados que son inquietantes, que constituyen una amenaza, no ya para lo que se llama la "cultura", sino para las vidas personales de los que así se expresan, y por supuesto para la personalidad nacional.
Cada lengua tiene un ritmo propio, que suele reflejarse en las formas métricas más espontáneas y frecuentes -el romance en español, el endecasílabo en italiano-. Al español lo caracterizan, por ejemplo, las palabras átonas, algunos pronombres, que en mudos casos quedan adscritos al verbo, formando una sola palabra en la lengua escrita (dime y no di me), los artículos, etcétera. Constantemente se oye cómo algunos locutores hacen una extraña pausa entre el artículo y el nombre que lo sigue, con lo cual destruyen la melodía propia de la lengua.

Otra peculiaridad del español es su propensión a ligar las palabras, lo cual le da fluidez y es, por otra parte, la única razón de que sea un poco más difícil de entender, a pesar de su clarísima fonética, para los que no conocen la lengua. Siempre me ha sorprendido por qué un español entiende mejor a un italiano que un italiano a un español, hasta que he caído en la cuenta de que la claridad fonética es comparable, pero en italiano se separan más las palabras, y así se individualizan, se perciben sus límites, mientras que la continuidad del español dificulta distinguirlas para los que no las conocen. La sinalefa, la formación de diptongos con vocales que pertenecen a dos palabras contiguas, es esencial al español -y para mi gusto preciosa-, pero tiene esa consecuencia. Pues bien, la sinalefa es sañudamente perseguida por muchos que hablan en público, y su ejemplo cunde, lo cual significa otro factor de destrucción del español hablado, que es, por supuesto, el más importante.

De lo que dicen los locutores o presentadores de deportes se ha hablado mucho, pero de cómo lo dicen, menos. A mí me pone carne de gallina el oír -casi siempre cuando voy en taxi- los tormentos que aplican a la lengua, la constante distorsión a que la someten. Los fonólogos deberían hacer un estudio de ello, con las grabaciones oportunas para hacer el inventario de los atentados a la elocución española.

Una lengua es siempre un temple o tesitura. El inglés, por ejemplo, se puede hablar "británicamente" o "americanamente" (y secundariamente con otros temples de menor alcance). En el caso del español hay diversos temples dentro de la lengua -los que corresponden a las diversas regiones o a los países que tienen el español como la suya propia-. Todos ellos son legítimos, aunque no forzosamente de igual valor -el igualitarismo, fuera de las leyes, es una perniciosa doctrina-. Lo que está ocurriendo es un asalto al temple general del español, al conjunto de sus variedades propias. El que casi nadie lea versos -y menos en voz alta-, el que incluso los actores rara vez sepan decirlos, el que se considere un "mérito" destrozarlos, contribuye a la destrucción del temple en que cada forma de habla consiste primariamente.

Y hay, finalmente, un riesgo más, que veo aumentar cada día. El español es una de las lenguas fonéticamente más claras; la simplicidad -la pobreza, si se quiere- de sus sonidos, su preferencia por las vocales puras, la articulación que le es propia, todo eso hace que sea casi imposible no entender lo que al quien alguien dice en español, y asegura que la comprensión entre los trescientos millones que lo hablamos sea fácil y segura. La dificultad surge solamente en algunos casos en que decimos de alguien que habla muy "cerrado", lo cual quiere decir que discrepa del uso general, que habla una forma peculiar, por lo común aislada, una especie de "quiste" lingüístico; y, esto es excepcional.

En los últimos años, quizá en los últimos meses, empieza a generalizarse una manera de hablar el español de modo que sea ininteligible. Se introducen pronunciaciones irreales, falsas, que no son las normales ni las de una región o país particular, las cuales están dentro del sistema global y no perturban la comprensión. Son deformaciones voluntarias, deliberadas, rebajadoras, que procuran degradar el habla normal, con frecuencia envilecedoras, como una especie de sarcasmo interno aplicado a la lengua. Este fenómeno es más frecuente entre los jóvenes semicultos, de pocas lecturas -y no muy buenas-, sometidos a la presión de grupos más o menos organizados que imponen sus vigencias particulares.

Y han encontrado un poderoso refuerzo donde menos podría esperarse: en la publicidad de la televisión. Supongo que algunas agencias han descubierto la piedra filosofal: el rendimiento, para vender ciertos productos, especialmente de consumo juvenil, de la destrucción de la lengua, su conversión en caricatura o parodia de sí misma. Llevo una temporada de oír una publicidad que no se entiende; a lo sumo, se adivina confusamente lo que se dice, y que se aclara oportunamente con rótulos o botellas de tal o cual bebida, para que los compradores no se equivoquen, lo que sería grave. Esto se suele combinar con algo que se suele llamar -no sé bien por qué- "canto". Compruébese lo que acabo de decir cualquier día, con la incesante publicidad; se verá, mejor dicho, se oirá, una serie de frases que apenas se entienden -en eso reside, por lo visto, su gracia-, y que suelen terminar con una especie de aullido de pretensiones melódicas. Pienso a veces si se está redescubriendo el habla del hombre de Neanderthal.

Julián Marías, Cómo se habla

lunes, 10 de diciembre de 2007

Para las redacciones que faltan... (CORRECCIÓN DE LAS NOTAS)

... Os dejo un pequeño margen hasta que corrija y ponga las notas de 1º; luego iré a por vuestras medias; calculo que hacia las seis o así no habré terminado con primero, puede que incluso que hasta las siete. Pero a eso de las siete y media dejaré de pasarme por aquí y de mirar las redacciones.

De momento, Alicia, Cristina y Laura son las únicas a las que revisaré las redacciones (son las 16:44).

Saludos y hasta luego, que me toca una apasionante sesión de correcciones...

PD: ahora tenéis que comentar aquí para que os lea, que os conozco...

Notas cambiadas:

Álvaro Díez: 5 en la del amor; 0 y 0 en las que te faltan.
Rocío: 8'5 en la última (para el redondeo tendré en cuenta el interés que se nota en tus composiciones escritas).
Sara: 9'5. No podemos poner el diez a la redacción porque Ednia no puede ser un nombre femenino creíble (es por poner alguna pega :p).
Alicia: 6 y 8,5. Quiero que las dediques más tiempo, que lo puedes hacer mucho mejor.
Cristina: 6,5 y 6, respectivamente. A tu proceso creador le falta tiempo, cuando te leo tengo la impresión de que escribes lo primero que se te pasa por la cabeza.
Laura: 7 y 7. También le falta un poco de reposo a tus relatos.

Y el resto, las notas cantadas antes...

¡Hasta mañana!

domingo, 2 de diciembre de 2007

Notas de las redacciones

Lo prometido es deuda y aquí van las notas de las redacciones. Como ya puse las notas de la primera redacción, aquí os dejo las de la segunda a la quinta: descripción del compañero, máquina de las cualidades, la de Halloween y la de la escena de amor siguiendo las características realistas:

Álvaro Díaz: 5 (un poco floja, como tú decías, no te inspiraste). Resto: 0. Empezaste bien al sacar uso de la herramienta de los blogs señalando tus lecturas, pero al final lo has abandonado, pese a haber personalizado tu página.

Álvaro González: 10, 8,5 (cualidad), 7 (Halloween), 7 (Realismo). Pega con tus redacciones: la extensión. Aun valorando el mérito de tus composiciones, el hecho de que sean tan largas hace que los defectos salgan más a la luz. Trata de ser más conciso, como mucho un relato ha de ocupar un par de hojas de word. De todas maneras, has llevado el blog y las redacciones al día, así que la nota para esta evaluación será la máxima.

Víctor: 7, 4'5, 4, 0. Poco, insuficiente, escaso... Además, se nota que lo que has escrito es para salir del paso, sin haber pensado demasiado en lo que ibas a escribir o como quitándote de encima un asunto engorroso para ti. Aunque la imaginación de cara a escribir no sea lo tuyo, se puede trabajar un poco más aspectos como el estilo o la estructura.

Rocío: 10, 10, 9, 0. Las dos redacciones que te he leído me han gustado, aunque en la de terror hayamos tirado un poco de nuestro repertorio cinematográfico, jeje. Transmites personalidad en tus textos y eso es lo importante y por eso se perdonan hasta algunas faltas de ortografía. No dejes tantos espacios, por cierto, que cuesta seguirte. La segunda tiene algo menos de nota por la extensión, excesiva para mi gusto.

Sara: 10, 10, 9, 0. Algo parecido que con Rocío. Tienen fuerza tus textos, aunque tu puntuación a veces es un poco... caótica, tienes que cuidar ese aspecto. Para las dos (y para el resto), el cero es recuperable, si hacéis la redacción antes de que tenga que poner las notas de la evaluación.

Alicia: 8 (un poco de penalización por la tardanza), 10, 0, 0. La única pega, lo tarde que publicas tus redacciones. Lo mejor, es que tienes facilidad para redactar y se te da bien. Te animo a que seas más constante.

Belén: 7, 10, 9, 0. Con algunos altibajos en las redacciones, con diferencia la que más me ha gustado ha sido la de la cualidad, donde has bebido de distintas fuentes (aunque ni te hayas dado cuenta), elaborando una redacción muy representativa.

Cristina: 5, 0, 0, 0. Flojo, flojo, flojo...

Laura (perdón por saltarte, ha sido un fallo técnico, no pienses ahora que te tengo manía o algo :p): 7, 8, 0, 0. Ojo con la puntuación a veces y con las faltas, sobre todo por la acentuación. Sigue sin estar mi blog en tus enlaces...

Beatriz Alcoba: 7, 8, 6, 0. La de la ouija, la más floja (no la he entendido bien, en parte por la puntuación); las demás, mejor.

Ana: 6, 9, 8, 9. La más floja, la del compañero, donde la redacción ha sido poco personal; el resto, mucho mejor, como si hubieras cogido el tranquillo a esto. Estilo y buena puntuación, además de puntualidad. Muy bien.

Emil: 3, 0, 0, 0. Si os costaba publicar en Internet, teníais el modo "papel". Las redacciones os vendrán bien para mejorar con el castellano.

Álex: 3, 0, 0, 0. Lo mismo que a Emil.

Paloma y Beatriz G: notas en las redacciones entregadas.

Daniel: 0. El modo "papel" también ha estado ausente.

Tenéis algo de tiempo para recuperar la nota. En las próximas, retomaré el hábito de corregiros y comentaros. Podéis hacerlo entre vosotros, así como escribir de cualquier tema. Ya os pasaré algunas direcciones para que veáis las utilidades y aprovechamientos que puede dar el blog. Saludos y hasta el martes.